Setenta y cinco kilómetros al norte de Taltal se encuentra uno de los yacimientos de arte rupestre más grande de Sudamérica. Enclavado a los pies de la Cordillera de la Costa, El Médano es un conjunto de escarpadas sierras y profundas quebradas donde, hace miles de años, los Changos, un pueblo de pescadores nómades, inmortalizaron parte de su historia a través de dibujos y símbolos de intenso color rojo grabados en cientos de rocas.
Conscientes del invaluable tesoro que tienen en sus manos, desde hace algunos años los habitantes de Tiltil trabajan con entusiasmo y esfuerzo para preservar el Médano y posicionar a esta pequeña ciudad costera de la región de Antofagasta como un potente destino turístico con un sello patrimonial único.
Diego Cortez es una de esas personas. Oriundo de esta comuna, desde niño conocía de la existencia de este yacimiento. Después terminar sus estudios universitarios en la ciudad de Antofagasta, regresó para crear, junto a un grupo de amigos, una agencia de turismo con la que desde hace siete años realiza expediciones al Médano con turistas y también sirve de guía para los científicos que intentan desentrañar los misterios de este enigmático pueblo.
Internarse en las quebradas del Médano es una experiencia alucinante, aunque no exenta de dificultades. Como todo tesoro, dar con el yacimiento no es sencillo. Son dos horas de intensa caminata por estrechos y empinados senderos, enfrentando la densa neblina matinal, conocida popularmente como la camanchaca, y el aplastante sol del desierto más árido del mundo. Una travesía extenuante, a ratos peligrosa, pero que bien vale la pena el esfuerzo. Contemplar en las paredes de piedras miles de dibujos de cetáceos, lobos de mar, tortugas, camélidos del altiplano, además de escenas de los hombres montados en sus canoas, apuntando con sus lanzas, es algo sencillamente sublime, difícil de expresar en palabras.
Diego me explicó que en ese sitio no sólo se producía el intercambio de productos entre los changos y los pueblos del interior. También fue un importante recinto ceremonial y religioso. Aunque su data no estaba confirmada, se cree que estas figuras tienen, por lo menos, 1500 años de antigüedad.
Casi tan sorprendente como las pictografías es que, a pesar de su enorme valor patrimonial, la protección de este paraíso patrimonial es casi inexistente. No hay controles en su ingreso ni tampoco se han implementado medidas reducir el impacto de quienes lo visitan.
Justamente por eso, el esfuerzo de Diego es fundamental. Gracias a su trabajo y el de otros habitantes de la comuna, el Médano dejó de ser un tesoro perdido en tierra de nadie, convirtiéndose en uno de los atractivos más destacados de la región.
Ubicación: Quebrada del Médano, 75 kilómetros al norte de Taltal, región de Antofagasta.
Contacto: Diego Cortez: +56 9 9091 9577.
Muchas Gracias por recomendarnos!! Fue una gran experiencia junto a uds!!
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Saludos Cordiales!!