No ha sido fácil para los habitantes de Villaseca salir adelante. Aunque se encuentra a escasos ocho kilómetros de Vicuña, una de las comunas más visitadas del Valle del Elqui, durante décadas la historia de este pequeño caserío estuvo marcada por el anonimato y el abandono.Mientras en las zonas aledañas el turismo crecía de forma sostenida, allí ni siquiera había acceso a servicios básicos, como electricidad y agua potable.
Pero como no hay mal que dure 100 años, a fines de la década de los 80 la suerte de Villaseca comenzó a cambiar. En 1988, un grupo de investigadores de la Universidad de Chile recorrió la zona en busca de un sitio que reuniera las condiciones idóneas para implementar un innovador proyecto vinculado a la energía solar. Y Villaseca fue el lugar elegido.
Convertir a este caserío en un centro gastronómico a través de cocinas solares. En eso, a grandes rasgos, consistía la iniciativa. Por eso, cuando las hermanas Marta y Belinda Rojas se enteraron de esta iniciativa, no dudaron en sumarse al proyecto. Talento culinario tenían de sobra. Sólo necesitaban, como ocurre en buena parte de las localidades rurales del país, de un empujoncito.
Han pasado dos décadas desde entonces. Y Villaseca, por supuesto, ya no es lo mismo. Donde antes reinaba el silencio y la soledad, hoy abunda la presencia de turistas que, picados por la curiosidad, llegan en buen número a disfrutar de una gastronomía con sello propio. Porque en este caserío, todo lo que comas está elaborado en sus hornos y cocinas solares.
Cuenta Belinda Rojas, una de las socias de “Doña Martita”, que este proyecto cambió su vida y la de toda su familia. El camino fue largo, con muchos obstáculos que sortear, pero su entereza tuvo su merecido premio. Hoy, su restaurante es reconocido y visita obligada para quienes recorre Elqui.
Aunque el menú de “Doña Martita” es variado, la especialidad de la casa es el cabrito a la cacerola. Adobado tomillo, orégano y otras especias que ellas mismas cultivan en su huerto familiar y también deshidratan, se cocina durante horas en una de las ollas solares que adornan la entrada al restaurante. La guarnición ideal es el puré de papas. Como postre, las hermanas recomiendan leche asada casera. Tuve la suerte de probarla y es realmente deliciosa.
Las hermanas Rojas son ejemplo de perseverancia, trabajo y olfato. El que este pequeño pueblo hoy aparezca en los mapas es gracias a su convencimiento y pasión.
Por eso, a Marta y Belinda Rojas y a toda la comunidad de Villaseca, yo las recomiendo.
Dirección: Villaseca, comuna de Vicuña, Región de Coquimbo.
Contacto: +56 9 94987537
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