Lo que se hereda no se hurta, dicen por ahí. Y eso bien lo sabe Johana Burgos, una de las hijas de la gran Betty Castro, la mujer detrás del “culiaito”, ese afrodisiaco licor artesanal elaborado en base a culén y aguardiente, quien sorprendió a todo el mundo –incluyéndome- con su carisma, picardía y hospitalidad. De ella, afirma la artesana, no sólo adquirió su creatividad e ingenio, sino también su optimismo y las ganas de hacer de su talento su mayor fuente de sustento.
Johana fue mamá a los 16 años y, salvo algunos trabajos esporádicos, ha dedicado gran parte de su vida al cuidado de hijo. Aunque desde niña mostró gran habilidad para hacer manualidades, sólo hace un par de años descubrió que lo suyo era mucho más que eso. Un día –casi de casualidad- asistió a la escuela de su hijo para participar de un taller de cerámica organizado por una de las profesoras de ese establecimiento. Se trataba de una experiencia breve, de no más de una hora de duración, cuyo objetivo era compartir algunas técnicas para trabajar la porcelana en frío. Esos pocos minutos, sin embargo, fueron suficientes para que el talento de la hija de Betty Castro aflorara en toda su dimensión.
Su entusiasmo por moldear este noble material fue tan potente, que ese mismo día tomó una decisión radical, que a la postre cambió para siempre su vida: renunciar a su trabajo como secretaria para dedicar toda su energía al servicio de su creatividad.
Todo lo que ha aprendido acerca de la porcelana, dice Johana, ha sido de forma autodidacta. Si bien Youtube ha sido una valiosa herramienta para descubrir algunas técnicas de diseño, casi siempre sus trabajos son el resultado de su instinto e inagotable inspiración.
Justamente de esa combinación nació su producto más demandado: sus tazones personalizados. Se trata de piezas hechas a pedido según el gusto del cliente. Sus diseños son tan variados como ingeniosos, y van desde memorables personajes de dibujos animados hasta simbólicos retratos familiares. Lo mejor de todo, según mi opinión, es que cada creación es única e irrepetible.
A pesar del poco tiempo que lleva en este oficio, el trabajo de Johana ha vuelto muy popular, no sólo en Puerto Octay, comuna donde vive junto a su familia. Frecuentemente elabora sus productos para clientes de diferentes zonas del país, lo que da cuenta de la excelencia de su trabajo.
Johana es una artista con un talento innato, que decidió salir de una zona segura para dedicarse a lo que realmente le apasionaba. Su historia debe ser motivo de inspiración para todos aquellos que sueñan por convertir su pasión en un oficio.
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Dirección: Sector Las Nieves, Puerto Octay, Región de Los Lagos.