Si hablamos de paisajes, nuestro país es reconocido internacionalmente por la enorme diversidad de atractivos que deslumbran por su belleza. Pero si hilamos un poco más fino, dentro de ese abanico también hay lugares que son capaces de desconcertar por sus peculiares formas, sus colores y, en algunos casos, por fenómenos naturales que son francamente difíciles de explicar.
En este post quiero compartir con ustedes algunos los lugares más raros del norte de Chile que tuve la fortuna de conocer. Sitios sorprendentes, insólitos que, si te animas a visitar, te dejarán atónito.
Laguna Roja
A 3.700 msnm, en la zona precordillerana de la región de Arica y Parinacota, existe una misteriosa y fascinante laguna de intenso color rojo, que no sólo deslumbra por su inusual belleza, sino también por las numerosas leyendas que se han escrito en torno a ella.
La más popular cuenta que, hace muchos siglos, una comunidad aymara se instaló a orillas de ese manantial sin saber que su dueño era el mismísimo diablo. A modo de advertencia, el señor de la oscuridad tiñó de rojo la laguna para así amedrentar a los curiosos. Pero los nuevos habitantes, hipnotizados por su intenso color, se sumergieron y bebieron toda el agua que pudieron. La muerte se cernió sobre ellos y, en cosa de minutos, todos flotaban inertes.
Los pocos estudios que se han realizado para explicar este singular fenómeno no son concluyentes. Lo más probable es que el color de sus aguas sea producto de cierto tipo de algas y también de los sedimentos que se encuentran en el fondo de la laguna.
Otra característica de esta espectacular laguna es la temperatura de sus aguas, la que ronda entre los 40 y 50°C, lo que la convierte en una gigantesca fuente termal.
Ubicación: Comuna de Camiña, región de Arica y Parinacota
Cactus gigantes de Ancovinto
En la fronteriza comuna de Colchane, y a más de 3.500 msnm, se encuentra el Salar de Coipasa. En las laderas de uno de los tantos cerros que encajonan es mágico lugar, existe un bosque de cactus que impacta por el tamaño de sus ejemplares. No exagero cuando digo que muchos de ellos superan holgadamente los 15 metros de altura. Caminar entre ellos es una experiencia extrañísima, difícil de describir en palabras. Mucho de eso tiene que ver con el entorno en el que se encuentran. Un lugar perdido en medio del altiplano, con el cielo al alcance de la mano y con un océano blanco que se pierde en el horizonte.
Ubicación: Salar de Coipasa, Colchane, región de Tarapacá.
El Valle de la Felicidad
A pocos kilómetros del mismo Salar de Coipasa, también en la comuna de Colchane, existe otro lugar dotado de una particular belleza. El Valle de la Felicidad, como es popularmente conocido por los habitantes de Cariquima y otras las localidades cercanas, es un conjunto de rocas de gran tamaño cuyas formas fálicas no dejan espacio a la interpretación. Los relatos ancestrales dicen que estas verdaderas esculturas rojizas, esculpidas durante siglos por el viento y la erosión, tenían como fin proteger a las comunidades indígenas de la zona ante la amenaza de posibles invasores.
Cierto o no, este lugar realmente impresiona y es un imperdible del Altiplano chileno.
Ubicación: Poblado de Cariquima, comuna de Colchane, región de Tarapacá.
Campo Magnético del desierto
Cierto día, mientras grabábamos un capítulo de Lugares que Hablan en la comuna de Pozo Almonte, un integrante del equipo me comentó que, mientras investigaba en la zona, oyó de un vecino algo realmente sorprendente: que en la ruta que une el pueblo de Macaya con el Salar del Huasco, en la precordillera de Tarapacá, existía un sitio dominado por un campo magnético. Un fenómeno natural tan potente, prosiguió mi compañero, capaz de mover cualquier cosa, incluso un vehículo con el motor apagado. Mi reacción, como deben suponer, fue de incredulidad, seguida de una estruendosa carcajada.
El asunto es que, como de todos modos debíamos ir hasta el Salar de Huasco, decidimos visitar en el lugar donde supuestamente se producía este peculiar fenómeno. Fuimos sin ninguna expectativa, como quien realiza un trámite en una notaría. Sin embargo, a medida que nos adentrábamos en el desierto y nos acercábamos al sitio, una extraña sensación comenzó a sentirse en el ambiente.
Llegamos al punto magnético luego de casi 40 minutos de recorrido. Nos apeamos a un costado de la carretera y analizamos el terreno. Nos encontrábamos en una superficie plana, sin ningún grado de pendiente. Hasta ese momento, la incredulidad era la tónica. Se notaba en el rostro de todos los presentes, a excepción de nuestro colega y el vecino que nos había guiado hasta ese lugar. Acostumbrado al descrédito, el vecino no hizo ningún comentario. Sereno, me hizo un gesto con la mano para que subiera a la camioneta. Luego, me ordenó apagar el motor y destrabar la caja de cambios. Cuando el vehículo comenzó a avanzar sin ningún tipo de intervención, un escalofrío sacudió mi cuerpo.
Como si se tratara de un juguete recién estrenado, repetimos la maniobra hasta despejar las dudas de cada uno de nosotros. Y en todas las oportunidades, el resultado fue el mismo. Sencillamente, increíble.
Buscamos información que pudiera dar cuenta de este increíble fenómeno, pero no encontramos absolutamente nada. Aunque les concedo el legítimo derecho a la duda, también los desafío a vivir esta experiencia. Créame, no se arrepentirán.
Ubicación: Macaya, comuna de Pozo Almonte, región de Tarapacá.
Desierto Florido de Atacama
Cada cierto número de años, la implacable sequedad del Desierto de Atacama se ve interrumpida por la sorpresiva e inusual presencia de precipitaciones asociadas al fenómeno del Niño. Cuando las lluvias superan los 15mm y coinciden con los niveles de temperatura y humedad ideales, existe la posibilidad, remota pero real, de que las semillas que durante años han permanecido bajo una implacable capa de tierra germinen y florezcan, llenado de colores y uno de los escenarios más agrestes del planeta.
Aunque ha sido largamente estudiado, aún no es posible precisar desde hace cuánto tiempo se produce este fenómeno. Tampoco hay claridad sobre cómo llegaron las semillas hasta ese lugar. Lo que sí se ha podido establecer es el número aproximado de especies que florecen. Son alrededor de 200, entre las que destacan la “garra del león” y la “añuñuca roja”.
Contemplar el desierto más árido del planeta pintado de exuberantes colores es una experiencia extraordinaria, me atrevería a decir única, que todo amante de la naturaleza debería vivir al menos una vez.
Ubicación: comunas de Huasco, Copiapó y Caldera, Región de Atacama.