Un robusto cerro de papas acompañado de carne de vacuno, cebolla y un humeante huevo frito en su cima. Supongo que saben de qué estoy hablando. Sí, de la popular chorillana, uno de los platos más emblemáticos de nuestra cocina. Irresistible, contundente y sabrosa, su mayor virtud, a mi modo de ver, es que se trata de una preparación comunitaria, pensada para compartir con amigos o familiares.
Su popularidad es tan inmensa que cada 13 de agosto se celebra su día nacional, reconocimiento que la pone a la altura de históricos como el completo, la piscola y el melón con vino, un clásico veraniego.
Su origen es difuso y existen numerosas teorías al respecto. La más antigua asegura que surgió en plena Guerra del Pacífico, cuando un soldado chileno, exhausto y hambriento después de participar en la batalla de Chorrillos, metió en un plato todos los ingredientes que encontró a mano. Otra versión dice que nació a comienzo de los 70 en un casino de Suboficiales de Carabineros de Valparaíso.
Como sea, la chorrillana es el mejor plato para revestir el estómago de una buena dosis de grasa previo a una noche de juerga o para reponerse de ese carrete al día siguiente. Imprescindible para los universitarios, son pocos los restoranes que no lo tienen dentro de su carta. Transversal y democrática, es accesible para cualquier bolsillo y se puede encontrar en prácticamente todas las ciudades del país.
Porque ya forma parte de nuestro ADN, en esta nota quiero compartir con ustedes, especialmente con quienes comen sin complejos, algunos de los lugares donde se sirven las mejores chorrillanas de Chile. Tomen nota.
J Cruz
Víctor Suárez es el dueño de este emblemático restaurante porteño. Aunque asegura haber sido el artífice de este plato, no es algo le que le quite el sueño. Lo realmente importante, afirma, es que los parroquianos disfruten de la experiencia de compartir mesas y que, a punta de lápiz, inmortalicen sus agradecimientos en cualquiera de sus muros.
Ubicado al fondo de un callejón, las chorrillanas del J Cruz es suave, aromática y contundente. Testigo de miles de historias y anécdotas, este lugar con los años se ha convertido en patrimonio cultural de Valparaíso.
Dirección: Condell 1466, Valparaíso
Contacto: 32 2596166
El Palacio de la Chorrillana
Si quieres irte a la segura, tienes que visitar este restaurante, enclavado en pleno Barrio Bellavista. “El Palacio…” te la pone difícil: tienes más de 10 variedades de chorrillanas para escoger. Todas son preparadas en el momento y desconciertan por su tamaño. Si me preguntas cuál elegir, te recomiendo la “Bellavista”, que lleva carne mechada, cebolla, salsa de queso cheddar, tocino y un leve picante. Para los menos ortodoxos está la “Santo Domingo”, que viene con pescado fresco en una salsa de ceviche.
Dirección: Pío Nono 202, Recoleta.
Contacto: +56 9 3577 7714
Victorino
A pocas cuadras de Bellavista, en plano barrio Lastarria, está el Victorino. Aunque el precio de sus chorrillanas es un poco más elevado que el promedio ($10.000), los platos son realmente portentosos y hay que tener aguante para llegar hasta la última papa. Este lugar también innova, al incorporar ingredientes como camarones, butifarra, reineta e incluso pulpo. Altamente recomendable.
José Victorino Lastarria 138, Santiago
Contacto: +56 22639 5263
La Casona del Cinzano Penquista
Como un homenaje al cláscico Cinzano de Valparíso, este lugar es ideal para los bohemios, que disfrutan de una buena comilona con música en vivo. Este lugar es como un 18 de septiembre interminable. Pebre y sopaipillas acompañan cualquier pedido. Y su plato estrella, cómo no, es su chorrillana, que mantiene su estilo tradicional, con los ingredientes clásicos que la convirtieron en un clásico de nuestra cocina.
Dirección: Castellón 881, Concepción.
Contacto: 41 2 318 1687