Al interior de la comuna de Putaendo vive un artesano con alma de niño. Gerardo Astudillo es un carpintero autodidacta, que en la localidad rural de Casablanca encontró su lugar en el mundo. Cuando supe de él, decidí visitar su taller para conocer su historia y su trabajo. Me recibió un hombre sencillo y hospitalario, que no necesita de grandes lujos para ser feliz.
Oriundo de Santiago, la primera etapa de su vida estuvo marcada por el dolor, la angustia y la soledad. Sus padres fallecieron cuando apenas tenía 11 años, lo que lo obligó a dejar de lado la niñez y enfrentar su destino como adulto. Gerardo recuerda que su adolescencia fue un período oscuro, lleno de tropiezos y excesos, y que solo su alistamiento en el ejército le permitió enrielarlo.
Un día escuchó hablar del “pueblo más lento de Chile”. Intrigado, decidió viajar hasta Putaendo. Su conexión con este lugar fue única. En menos de dos semanas, ya estaba instalado junto a su familia en mismo lugar donde hoy fabrica sus juguetes de madera, que son reconocido en toda la región.
Sus primeros productos fueron camiones, trenes y animales. Hace 15 años, gracias a un amigo francés, descubrió las marionetas, objetos que desde entonces se han convertido en una obsesión. Su stock es amplio, y van desde
Aunque su talento es reconocido y en varias oportunidades ha sido reconocido y premiado, la labor de Gerardo no se limita exclusivamente a la producción de objetos. Lo suyo es una cruzada quijotesca, una lucha de David contra Goliat, donde su contrincante es nada menos que la tecnología, que ha dilapidado el interés de los niños por los juguetes tradicionales.
A pesar de eso, Gerardo es un soñador acostumbrado a nadar contra la corriente. Como un niño de 61 años, tiene energías de sobra para demostrarle a los pequeños que, afuera de las pantallas, hay un gigantesco mundo por descubrir.
- Dirección: Localidad de Casablanca, comuna de Putaendo, región de Valparaíso
- Contacto: +56983836894